Sisante2011. Pregón de la Feria del III Centenario de la llegada de Nuestro Padre Jesús Nazareno


 

( A mis padres y a mis hijos, de quienes recibí y a quienes entrego el orgullo de ser sisanteño.)


 

PASIÓN Y FE


 

    Señor Alcalde, autoridades, pueblo de Sisante, amigos… Buenas noches a todos.

La llamada de Pedro Garde, nuestro alcalde, en una calurosa mañana de mis vacaciones en la isla de Mallorca, no requirió grandes toques a mi corazón de sisanteño…


 

    -¡Que yo me emociono mucho, y no seré capaz de leerlo…!

-¡Mejor! – me contestó.


 

    No necesitó insistir más. Cualquiera de vosotros hubiese querido hoy ocupar mi lugar. Cualquiera hubiese podido hacerlo. Porque yo, como vosotros, soy de Sisante.


 

    Dos meses después comienzo mi intervención, con la voz entrecortada de la emoción, para tomar la vuestra e intentar reflejar vuestras palabras, aunque cualquier palabra resulte pobre. Sisante es mucho más que palabras.

    

    Se suele construir un Pregón apoyándose en recuerdos que llegan desde la niñez, intentando reencontrarse con los orígenes. Son vivencias, emociones.


 

    Como lo definió en su momento el periodista José López
Martínez en La voz de Albacete : "…no es conferencia, ni charla, ni sermón, sino un género específico, un acto principalmente cultural y lírico…"


 

     Hago pues público a voces, que eso es pregonar, la trascendencia de este gran acontecimiento que estamos viviendo, como privilegio para aquellos que lo sienten y como recuerdo para otros que lo vivirán en nosotros porque el paso del tiempo o la distancia se lo impiden.


 


 


 


 


 

Es la Hora del Aniversario


 

    En la esfera del tiempo una aguja va recorriendo en silencio todas las circunferencias: la esfera de los años, de los meses, de los días, de las horas.

    Pero una vez la aguja metálica toca, al girar, la cuadrícula de un día; y parece quedar allí inmóvil, con una fuerza de imán: es el día de un gran recuerdo; es el día del ANIVERSARIO.

    Aniversarios de tristezas, con un color de ceniza, por la muerte de alguna esperanza. Vacíos que nunca se llenan. Aniversarios de dolor.

    Aniversarios de alegrías. Porque hay en la familia días grandes y solemnes. Y su conmemoración es también el aniversario de la felicidad.

    Las sociedades, como las familias, tienen sus historias y sus fechas de relieve en medio de esos recuerdos.


 

La aguja del tiempo paró, Padre Jesús, cuando en la madrugada del 14 de septiembre de 1711, decidiste venir a Sisante. Un pueblo que iniciaba un pujante desarrollo y contaba con una población de cerca de tres mil quinientos habitantes.


 

En ese tiempo un grupo de mujeres decidieron dedicar su vida a la oración en un pequeño beaterio dedicado a la advocación de Jesús Nazareno. Para presidir la iglesia de este beaterio el Padre Hortelano compra la Imagen a los herederos de Luisa Roldán.


 

Durante todo este siglo y el siguiente, Sisante manifiesta un crecimiento de población considerable y un desarrollo comercial importante, espejo de la historia donde mirar lo que fuimos y lo que somos.

No se sabe desde cuando Nuestro Padre Jesús pasa a ser nuestro patrón. Anteriormente pudo haber sido un santo que cuenta en esta villa con calle y ermita y que es también patrón de poblaciones cercanas, San Bartolomé.


 

Un hecho relevante en la vida del monasterio es la profesión de la Hermana Rafaela y su nombramiento como Abadesa en 1817. Su nombramiento produce grandes cambios en la regla conventual. Entre sus cambios retoma la labor docente iniciada por el Padre Hortelano con su Escuela de Cristo y solicita permiso, que le es concedido por el Rey, para crear una Escuela de niñas.


 

    Es ella quien decide en 1819 realizar una función solemne para el Primer Centenario, cumplido unos años antes, y organizar varios actos: Funciones religiosas, tracas, pólvoras y un cortejo procesional por las calles del pueblo. También instituye la costumbre de sacarle en procesión cada cien años y conmemorar con diferentes actos su llegada a nuestro pueblo.


 


 

El reloj de la historia se vuelve a detener en el 14 de septiembre de 1911. Los actos de este Centenario los organiza la madre abadesa Sor María del Pilar.


 

La conocida crónica de Don Eusebio Chillarón, Capellán de la Comunidad, tiene datos que hoy nos resultan curiosos y en los que parece que el tiempo, efectivamente, se hubiese detenido para nosotros: Se prepararon programas; fotografías de la imagen; se acuñaron medallas; se arregló la iglesia…

-"Jamás lució su recinto iluminación tan espléndida – decía el cronista-. Además de muchísimas velas, prestó su concurso la electricidad, gracias a la generosidad de una bienhechora."

"La víspera de ese día- el mismo que ahora os hablo, y a esta misma hora- después de un bochorno más que regular, descargó sobre Sisante una fuerte tormenta, dejando el resplandor de los rayos, para suplir los fuegos artificiales."

"Al salir la procesión… estaba la iglesia repleta, repleto el cancel, repleto el patio…, todo hecho un hormiguero de gente.

No se veían más que cabezas, y todos los ojos puestos donde sabían que iba a asomar la imagen de Nuestro Padre Jesús."

"No hubo pueblo ni aldea que no enviase sus devotos… teniendo en cuenta que las leguas que los separan, son leguas manchegas, estrechas pero largas."

"Sólo irían puestos en procesión los socios de la Junta, los cofrades de Jesús Nazareno, los sacerdotes y las autoridades… y un séquito de muchachos. Las demás personas esperarían a su paso al venerado Jesús.

Por supuesto no le faltaron sus cohetes, ni sus vivas.

-¡Padre,- me decían de vez en cuando mis amados chicos- eche Usted algún "Viva"!


 

Un periódico de la época, El Liberal de Cuenca, el sábado 14 de octubre dice así:


 

"Pueden mirar a Sisante los pueblos comarcanos con emulación y envidia santa, y admirarle con respeto, por su veneranda joya, por la imagen de Jesús Nazareno."

Y en otro párrafo describe:

"Es una verdadera maravilla del arte, que embelesa y pasma a los mejores artistas. Aquel caimiento de su cuerpo adorable, exánime por la fatiga; aquel divino rostro pálido y afeado, hundidas las mejillas, los pómulos salientes; aquellos sedientes labios que, entreabierta la boca, nos dicen palabras de dulzura; y aquellos rutilantes ojos, cuyos párpados no pueden abrirse por no presenciar tamaña desventura; aquellos cabellos enmadejados que parecen conducir un río de sangre preciosa, de su cabeza taladrada, hasta el cuello desnudo de la hermosa túnica que viste aquel cuerpo, como divino; aquel continente de humilde realeza que no intimida, sino que inspira bondad…"

Para la celebración de las funciones litúrgicas se trajo a los mejores oradores de Cuenca, Madrid, Toledo y Valencia y una orquesta y coro de capilla de Alcoy que acompañaron en su novenario y en la solemne procesión del día 14 que fue a las tres de la tarde. La afluencia de forasteros, según se cita, fue de más de doce mil personas. Sisante contaba entonces con cerca de cuatro mil habitantes.

Se relata también, como ocurre en el primer centenario, cómo a la llegada al templo y en la salida se desbordaron todas las emociones viéndose correr abundantes lágrimas.

Resulta extraño que habiendo recuerdos gráficos de Sisante de este año 1911, no se encuentre en archivos fotográficos de la época ninguna referencia a estos actos.


 

Desde aquel centenario la aguja del reloj de la historia se detiene en el momento que hoy vivimos.

En varias ocasiones más Nuestro Padre Jesús salió en procesión por nuestras calles. Una para celebrar el Jubileo del año 2000 que todos tenemos muy cercana en el recuerdo.

Otra muy significativa, en Cuenca, que los conquenses recuerdan con una gran emoción y que ha generado allí una especial veneración, según me ha manifestado mucha gente al enterarse de mi procedencia. La procesión se celebró el Miércoles Santo de 1940, como da fe el libro de actas de la Hermandad de San Juan Evangelista que recoge:

"En la ciudad de Cuenca a diez días del mes marzo de mil novecientos cuarenta del nacimiento de Ntro. Sr. Jesucristo, reunidos los hermanos en Junta General en las Escuelas de Aguirre y presididos por el hermano mayor D. Mariano Castellanos se traslada acuerdo de la comisión organizadora de la Semana Santa: Asistencia a la procesión de desagravio a la imagen de Jesús Nazareno de Sisante que se celebrará el miércoles santo por la noche a las ocho, haciéndolo todos los hermanos sin vestir hábitos y asistencia de cetros y guión."

        Dice también el poeta Federico Muelas refiriéndose a ella en el pregón de la Semana Santa de Cuenca de 1945, radiado por R.N.E. :

"Jamás Cuenca vivirá momentos de más honda emoción que los de aquel día en que la mutilada imagen de Jesús Nazareno de Sisante, obra maestra de La Roldana, recorrió nuestras calles. Sin cruz, las mangas colgando de los muñones, tajada la nariz, hundidos los ojos, conservaba no obstante su imponente majestad."

Hoy, vivimos el epílogo de este III Centenario y se abre el umbral del cuarto, ante el que adquirimos un compromiso de fe y una responsabilidad con nuestro pueblo.

El Centenario que viene marcará una gran diferencia con los anteriores que tuvieron una dimensión local y comarcal, su Universalidad.

Por dos motivos:

El primero por la concesión de S.S. el Papa Benedicto XVI de Año Jubilar para todos aquellos años en que la festividad del día 14 sea viernes, como ocurrirá en 2012. La concesión de Año Jubilar pondrá a nuestro pueblo y a nuestro Patrón en la encrucijada de peregrinos que quieran ganar el jubileo llegando hasta este convento.

El segundo viene dado por la época en la que estamos, la de las nuevas tecnologías. Imágenes y datos se trasladan en un segundo hasta el lugar más insospechado. Para muestra la página que un libro de texto dedica a Nuestro Padre Jesús o las innumerables entradas de internet que contienen su imagen.

No debemos permanecer pacientes, tenemos que saber aprovechar esta oportunidad. Vivamos estos días mágicos, días de compañerismo con los amigos, en las peñas, de ilusiones infantiles, de esperados encuentros, de ajetreado descanso. Y a partir de mañana trabajemos por el reto que esto puede suponer en lo religioso, en lo social y en lo económico.

Con las celebraciones de la Feria que arranca hoy, termina el Año Jubilar cuyo lema Luz y Camino vivimos en la imagen de Nuestro Padre Jesús.

El esperado momento de sacar su imagen en procesión se acerca. Y como en los anteriores "en su salida se desbordarán todas las emociones". Que nuestra devoción no caiga en el sentimentalismo, ni se conforme con manifestaciones externas. Que el fervor y la devoción que le profesamos sean la Luz que nos ilumine en el Camino de nuestra vida.

Aunque no sea al pregonero al que corresponda, sí me parece apropiado citar aquí, con agradecimiento, a todas aquellas entidades y particulares, que desinteresadamente y sólo por cariño a nuestro pueblo y al Padre Jesús lo han hecho posible.


 

Y ahora, es la Hora del Recuerdo

MEMENTO DIERUM ANTIQUORUM

"¡Acuérdate de los días pasados! " (Deuteronomio 32,7)


 

El hombre no aprende de la historia. Vive como si el mundo hubiese comenzado en él. Vivimos las mismas ilusiones y los mismos fracasos; los mismos propósitos y las mismas reincidencias. El hombre sin recuerdos presenta un vacío de experiencia porque la vida es una escuela y cada día nos comunica una lección.

Llevamos, dentro de nosotros, los recuerdos como las papeletas sueltas de un archivo. Son la documentación de nuestra vida; porque allí están depositados como un fondo de nuestra historia íntima. Así cada imagen despierta una serie de sentimientos que parecían estar dormidos en el fondo del alma.

Y su clasificación es tan imposible como la clasificación de la vida.

Recuerdos de alegría primeramente, de esperanza y de amor. Recuerdos de tristeza además, porque somos peregrinos que cruzamos la vida.


Los pueblos deben saber crecer y mejorarse con el tiempo pero sin perder sus esencias antiguas, los acentos propios, el paso de la Historia y la capacidad de transmitir nostalgia. Pensando como el periodista y escritor César
González Ruano: "…que en los pueblos, como en las criaturas, todo lo que no es nostalgia es plagio."

¿Y qué es el RECUERDO sino la supervivencia de una EMOCIÓN?


 

Tomo tu VOZ

Hoy aquí estáis cada uno transmitiendo vuestras emociones en forma de recuerdos. Yo, pregonero, tomo vuestra voz.

Traigo aquí la voz de los descreídos. Que tal vez piensen que estas manifestaciones religiosas estaban bien en otros tiempos, en otros límites del conocimiento.

"El cielo estrellado sobre mí y la ley moral en mí", decía Kant en su reflexión sobre Dios y la conciencia.

La manifestación del patetismo y la belleza de Nuestro Nazareno son el reflejo más exacto posible de un sacrificio doloroso y generoso. Son el medio de expresión del pueblo. Así se explica su arraigo popular porque el pueblo la comprende y reconoce; se identifica con ella.

Me atrevo a ver, en lo más profundo de la conciencia de cada uno, el reconocimiento a esos hombres y mujeres de nuestra sangre que por nuestros campos y calles forjaron el hoy, que era su mañana, mientras reían, lloraban y rezaban ante Él.

Tomo la voz de los decepcionados. El corazón es un medallón colgado al pecho. Tiene su anverso y su reverso. Cuando dos amistades se separan entre lágrimas los dos medallones se miran de frente y enseñan la misma palabra: recuerdo. Pero pasa el tiempo y el medallón da una vuelta sobre el pecho y enseña la palabra olvido.

En esta realidad de un mundo demasiado complicado y violento, de tantas falsas divinidades, de orgullo, poder, odio, confusión; las dificultades de la vida buscan "las vueltas" a nuestro corazón. Nuestro Padre Jesús nos mantiene su mirada dolorida y fiel. Nosotros en ella volvemos a encontrar consuelo a nuestra decepción. Como el viejo poeta Gabriel y Galán:

"Y detrás del Nazareno

de la frente coronada

y de las espinas lleno…

Iban los hombres rezando

y los niños admirados,

silenciosos, apenados…


 

Yo que con los hombres voy,

viendo a Jesús padecer,

interrogándome estoy:

¿Somos los hombres de hoy

aquellos niños de ayer?"


 

Tomo la voz de los que mantenéis la esperanza. De los que tocados por una fe inquebrantable mantenéis la "CERTEZA". De los que sin desfallecer levantáis cada día y cada dificultad confiando en que Él nunca falla.

Imposible decir con palabras vuestra inmensa alegría al haber llegado aquí. Disfrutad de cada instante, archivadlo en la carpeta de imágenes de vuestra memoria porque esos pequeños momentos configuran la base de datos de nuestra vida. Recurrid a ellos cuando a lo largo del año necesitéis escapar del agobio diario.


 

Tomo la voz de los que estáis en la distancia. Porque el trabajo o algún impedimento físico os impide estar presentes. De los que me veis o me oís o después me leeréis desde lejos. Para recoger vuestro sentimiento en este día en que la lejanía ,en otras tierras, os hiera aún más.

Y de los que vinisteis desde lejos a compartir nuestra vida y habéis hecho vuestra nuestra tierra por lazos de sangre o amistad. De este pueblo sois; en este pueblo estáis, y si os nombro ahora es para deciros que estáis a nuestro lado.

La voz de los que ya no estáis. De los que dejasteis la vida en el camino.

Nos emociona saber que aquel 14 de septiembre de hace cien años ya pensabais en nosotros. Así lo recogió el Padre Salvador al terminar la celebración:

"Y que todos los aquí reunidos

celebremos el futuro Centenario del año 2011

en compañía de Jesús…"

Pues bien, aquí estamos para cumplir vuestro sueño, que sigue siendo el nuestro. Para decir lo que vosotros diríais. Que el paso de los años y de la vida lleva a la certidumbre de otra vida mejor, más segura, la que camináis junto a Nuestro Padre Jesús.

Y que en estos días estáis dispuestos a abandonarla para volver junto a nosotros a pasearlo en vida; hombro con hombro; en cada banzo y en cada ¡Viva!

Tomo la voz de los que seréis. Los que en 2111 lo pasearéis por estas calles mejoradas por el tiempo.

Como nuestros abuelos, yo también me atrevo a soñar que nuestro mañana, que será vuestro presente, arranca de este momento. Que nuestro sentimiento será el vuestro porque hayamos sido capaces de hacéroslo llegar. Que nuestra emoción os llegará porque aquí quedará nuestro recuerdo.

Y ahora tomo la voz de los que estáis aquí.

Tu emoción…

-cuando entrabas en esta iglesia de la mano de tu abuela, luego de tu madre y ahora lo haces orgulloso con tus hijos;

-cuando sales con el viejo coche de tu padre, buscando respirar el aire del campo en las mañanas de caza;

-cuando bajas con tu hija la cuesta de La Muela, cantando a viva voz el himno de tu pueblo;

-cuando, cargando el sexto banzo con tu hombro izquierdo, miras hacia arriba y tus ojos se cruzan con los suyos;

-cuando vuelves a tu casa y, orgulloso, muestras a los tuyos el resultado de tu esfuerzo y de tu estudio;

-cuando sientes la punzada dolorosa de su ausencia, al cruzar silencioso el patio de verano.

La voz…

-de los que fraguan el hierro y la madera,

-del que prensa el aceite y el vino,

-del que vigila el silencio de la noche,

-del que enseña y educa a nuestros hijos,

-del que nos cura el cuerpo y "cura" el alma,

-de las que rezan por nosotros aunque no lo pedimos,

-del que nos sirve el café en "las partidas",

-del que fabrica el pan y vende el trigo,

-del que coloca el ladrillo del hogar que habitamos,

-del que siembra sudoroso en el camino,

-del que transporta nuestro cuerpo en vida,

-del que nos transportará cuando no estemos vivos…


 

Estos son nuestros recuerdos porque esto es lo que sentimos.

Esto es lo que sentimos porque esto ¡ES LO QUE SOMOS!

Si a Jesús Nazareno llamamos "Nuestro Padre", la Tierra de Sisante es "Nuestra Madre". Tierra que nos ata porque es nuestra tierra y es la tierra de nuestros antepasados.

La PASIÓN por Sisante nos identifica y nos une. La FE en Nuestro Padre Jesús nos dignifica.

¡Ahí radica nuestra fuerza!

Como Ma Joad decía a su marido Tom en la tremenda película de John Ford
Las uvas de la ira:

"Nosotros somos el pueblo que vive. No pueden borrarnos. Nosotros somos eternos porque ¡ SOMOS EL PUEBLO…!"

Gentes de Sisante que hemos sabido recoger el legado de nuestros abuelos, a través de nuestros padres, para engrandecerlo y devolverlo a nuestros nietos a través de nuestros hijos.

Y ahora:

Os invito a poneros en pie para recoger SU ALIENTO de siglos

y UNIRNOS en un grito que, trascendiendo el tiempo,

puedan oír GENERACIONES FUTURAS...


 

¡VIVA SISANTE!

¡VIVA, por siempre, NUESTRO PADRE JESÚS!


 


 

Epifanio Martínez Nohales

Septiembre de 2011

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